No hay una única fórmula para liderar la transición energética, según el Foro Económico Mundial

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No hay una única fórmula para desarrollar la transición energética hacia un modelo que combine el crecimiento económico con una mayor sostenibilidad medioambiental. Es una de las principales conclusiones de la segunda edición del Índice de Transición Energética (ETI por sus siglas en inglés, Energy Transition Index), que ha elaborado el Foro Económico Mundial

El objetivo de este estudio, según sus promotores, es “establecer una base fáctica, rica en información, que permita a los dirigentes [de los diferentes Estados] compararse con sus homólogos globales, aprender de las mejores prácticas y priorizar las acciones necesarias para apoyar y alentar una transición energética efectiva en sus países”. 

Para lograrlo, el ETI analiza cuarenta indicadores de 115 países, divididos en dos grandes grupos: 

  • los relativos al “rendimiento del sistema” (es decir, todo lo relacionado con la seguridad y el acceso a la energía, la sostenibilidad ambiental y el crecimiento económico); 
  • y los que miden el desarrollo de la transición energética, como la regulación, la inversión, el capital humano y la estructura energética existente. 
Energy Transition Index Framework

Se ponen sobre la mesa datos de todo tipo: el precio de la electricidad (para la industria y para los hogares), las emisiones de dióxido de carbono, el peso de las renovables, las importaciones o exportaciones de petróleo… y hasta el nivel educativo de cada país, la capacidad de acceso al crédito o la solidez de su Estado de Derecho. La heterogeneidad de estos indicadores, cuyo peso se pondera en el resultado final, se debe a que el Foro Económico Mundial defiende que “los sistemas energéticos de cada país son específicos por sus circunstancias del territorio, su estructura económica y sus prioridades socioeconómicas, lo que subraya los muchos caminos existentes para lograr una transición energética efectiva”. 

Suecia lidera la transición energética, España ocupa la posición 25

Suecia es el país que lidera la transición energética, como en la anterior edición del ranking, seguido de Suiza, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Austria y el Reino Unido. Los diez primeros países son muy distintos en su mix de generación, su sistema económico y sus recursos naturales, lo que, de nuevo, “indica la importancia de tener muy en cuenta las características de cada país al planificar la transición energética”, explica el resumen ejecutivo del informe.   

Con 64 puntos sobre 100, España ocupa la posición 25, por debajo de países de su entorno como Francia (octava posición), Holanda (novena), Portugal (decimosexta) y Alemania (decimoséptima), aunque por encima de Estados Unidos (vigesimoséptima) e Italia (vigesimonovena). España sale mejor parada en el análisis de su situación energética actual (71 sobre 100), que en el de su preparación para la transición energética (56 sobre 100).

Energy Transition Index 2019

Luces y sombras de la transición energética global

Desde una perspectiva global, el informe señala que el ritmo de la transición energética está disminuyendo. El porcentaje de combustibles fósiles utilizados para la generación de energía se mantiene estable en el 81% desde hace tres décadas, y el consumo de carbón creció en 2018, después de tres años de bajadas.  

Pero, al mismo tiempo, se han producido grandes mejoras en la seguridad y el acceso al suministro, especialmente en Asia, y en Latinoamérica y el Caribe se están haciendo rápidos progresos en la sostenibilidad gracias a la apuesta por las renovables. Además, entre 2014 y 2016, 135 millones de personas obtuvieron acceso a la electricidad en todo el planeta. Hay motivos para el optimismo, siempre que la transición energética se acometa sin dogmas y teniendo en cuenta las características, muy diferentes, de los distintos Estados. 

Puede descargarse el informe completo aquí.