A continuación, reproducimos unos fragmentos de un artículo que consideramos de sumo interés titulado «Castigar al que contamina» publicado por el diario La Provincia el día 18 de diciembre de 2019 y escrito por Oscar Bermejo y Javier Santacruz. Consultar el contenido íntegro en este enlace.
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Para emprender esta lucha es necesario establecer una estrategia clara que dé confianza y certidumbre a todos los actores y se promueva una comunidad de intereses alineados al respecto. Uno de los logros en este campo fue hace años la creación del mencionado ETS, dado que la evidencia empírica hasta la fecha mostraba como mejor vía de asumir las consecuencias negativas derivadas de las emisiones de GEI la puesta en marcha de un mercado donde los que más contaminan pagan a los que menos contaminan y, por tanto, se produce una redistribución económica que favorece a todas las partes.
Sin embargo, en este momento, el sistema mantiene un esquema de incentivos difícilmente comprensible. Al mismo tiempo que castiga las emisiones de gases contaminantes con más impuestos y la obligación de comprar derechos de emisión, no premia a aquellas actividades económicas que reducen la huella de carbono y actúan de sumideros naturales. Entre estas, las tierras de cultivo y el sector forestal participan de los costes pero no de los beneficios. Dicho de otra forma: se socializan los costes pero se privatizan los beneficios, sin dar la oportunidad a los propietarios, inversores y trabajadores de estos sectores de captar una parte de las rentas que supone ser «sumideros naturales de carbono».
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