Sostenibilidad y Economía Circular en bebidas y alimentación

sostenibilidad

Una de las macro-tendencias más importantes de los próximos años es, sin lugar a dudas, la sostenibilidad. Ello nace de la unión de dos elementos: por un lado, una mayor sensibilización por el medioambiente y el buen uso de los recursos naturales y, por otro lado, la responsabilidad social que el mundo empresarial tiene para con la sociedad en su conjunto. Del concepto tradicional de ‘Responsabilidad Social Corporativa’ centrado en las empresas, hemos pasado al concepto ‘Sostenibilidad’ con un significado más amplio, acorde a las exigencias actuales y futuras que nos plantea el desarrollo del planeta y no dejando fuera la viabilidad económica como motor esencial de consecución de futuro de la sostenibilidad.

Economía circular

En sectores como la alimentación y bebidas, la sostenibilidad es un concepto natural y consustancial a su actividad. Forma parte de su ADN desde siempre, dada la naturaleza de su actividad enraizada con el sector primario y a la que se une la utilización de técnicas industriales eficientes que reducen el impacto en contaminación, generación de residuos y estrés de los recursos naturales. En este sentido, una de las grandes revoluciones del sector se está produciendo en los consumos intermedios y la utilización de materiales, siendo lo más destacado el ahorro en el empleo de plásticos de un solo uso, la generalización de envases retornables y el reciclaje continuo de materiales que se pueden emplear para otros usos.  

Eficiencia energética

Conseguir estos objetivos es básico para reducir de forma drástica la principal fuente de contaminación y desaprovechamiento de los recursos en los diferentes eslabones de la cadena de valor. En segundo lugar, otro elemento central es la eficiencia energética (un uso responsable de la energía) y el cambio de composición en las fuentes de generación de la energía utilizada. Así, el sector agroalimentario puede ser de los primeros en utilizar energía 100% renovable, y con ello dar ejemplo a otros sectores intensivos en consumo energético. Vamos a un mundo con un mayor consumo de energía y ésta sólo podrá ser sostenible si es neutra en huella de carbono, limpia y abundante.

Reducción del consumo de agua

En tercer lugar, uno de nuestros bienes más preciados es el agua y quizá de los más escasos que tenemos en nuestra economía mediterránea sometida a un elevado estrés hídrico. Por ello, el sector de bebidas está haciendo un considerable esfuerzo en materia de reducción del consumo de agua, reduciendo extraordinariamente el desperdicio de agua y alimentos en un 10% sobre el consumo bruto. 

I+D+i

Los que trabajamos y vivimos en países donde el agua no sobra y tampoco sobran otros recursos naturales vitales, somos los que estamos construyendo y poniendo en marcha tecnologías cada vez más eficientes con un grado de inteligencia notable. La I+D+i de nuestro sector no nace de la voluntad política como una decisión dictada desde arriba, sino que es la experiencia y el conocimiento del día a día los que obligan a agudizar los procesos de innovación para con menos producir más. Es clave, en este sentido, contar con esquemas de colaboración público-privados en el que todos los agentes implicados sean partícipes y sirvan como correas de transmisión de la innovación. 

Normas y certificaciones

Por último, ninguno de estos esfuerzos tendría sentido si no cuentan con el reconocimiento del mercado. Así, es necesario seguir haciendo esfuerzos para extender las normas ISO y certificaciones de calidad que reconozcan una impronta propia del sector de alimentación y bebidas en el mundo y, con ello, la generación de conocimiento y experiencia compartida con Universidades, Escuelas de Negocios y Centros de Formación Profesional para generar economías de escala. 

Hacer, por consiguiente, una producción y consumo alimentario “sostenible”, “verde” y “circular”