La transición energética y el Plan de Recuperación con dinero europeo: una guía rápida

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el miércoles 7 de octubre el llamado ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’, el instrumento con el que Gobierno quiere materializar las ayudas decididas en el Consejo Europeo para responder al tremendo impacto económico de la crisis del coronavirus.

Con la presencia virtual de destacados líderes empresariales, como Ana Botín (Santander), José María Álvarez Pallete (Telefónica), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) y Pablo Isla (Inditex), Sánchez desgranó las grandes líneas de este plan, en una intervención de contenido fundamentalmente político. Fueron muchas sus menciones a la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad, uno de los dos pilares -junto a la digitalización- de los planes de la UE.

A continuación, desgranamos el marco y el contenido del Plan de Recuperación del Gobierno, tomando como fuente el propio documento.

¿De dónde surge el plan de recuperación?

En su histórica cumbre del 21 de julio el Consejo Europeo acordó movilizar, ante la crisis del coronavirus, 750.000 millones de euros, financiados mediante la emisión de deuda comunitaria. A esa cifra hay que sumar los 1,074 billones del Marco Financiero Plurianual 2021-2027. Así, se alcanza un volumen de inversión sin precedentes cercanos.

De esa cantidad, España espera recibir 140.000 millones de euros, equivalentes al 11,2% del PIB en 2019. 72.000 millones serán ayudas directas, y el resto, créditos.

¿Por qué una respuesta tan excepcional?

A grandes males, grandes remedios, pareció concluir el Consejo Europeo: lo excepcional de la pandemia exigía soluciones distintas a las habituales frente a una crisis económica. Según estimaciones de la Comisión Europea, la economía de la zona euro operó entre un 25% y un 30% por debajo de su capacidad durante el periodo de confinamiento más estricto. Se espera que el PIB de la zona euro se contraiga el 8,7% en 2020, antes de recuperarse a una tasa de crecimiento anual del 6,1% el próximo año.

En España, un país muy dependiente del turismo y que sufre especialmente la pandemia, la situación es aún más complicada. El PIB cayó un 5,2% en el primer trimestre, y un 17,8% en el segundo. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha afirmado que este plan es fundamental para que España puede recuperar a finales de 2022 el nivel de PIB que tenía antes de la irrupción de la pandemia.  

¿Cómo se canalizan los 72.000 millones de ayudas directas que prevé España?

Hay dos vías: el Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia y la iniciativa REACT-EU (‘Reacciona UE’ en inglés). 

El Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia concentra el grueso de los recursos del Fondo de Recuperación europeo, y permitirá a España obtener más de 59.000 millones en transferencias entre 2021-2023, según los cálculos del Gobierno.

REACT-EU permitirá a España obtener financiación por un importe de unos 12.000 millones. Son fondos adicionales en el marco de la Política de Cohesión, con unas condiciones específicas y con una mayor flexibilidad en su gestión, para apoyar operaciones destinadas a afrontar la pandemia especialmente en el ámbito sanitario y educativo y desarrollar una economía más verde y digital.

¿Quién gestionará las inversiones en España?

Está por concretar, pero Sánchez afirmó el 26 de octubre que las autonomías gestionarán más del 50% de los fondos, en función de las competencias que les asigna la legislación, como vivienda, educación, políticas sociales, políticas activas de empleo y medioambiente. Fue en la reunión telemática que mantuvo junto a los 17 presidentes autonómicos con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

¿Por qué políticas concretas se va a apostar?

El plan habla de “políticas tractoras”, y son diez: agenda urbana y rural y lucha contra la despoblación; infraestructuras y ecosistemas resilientes;  transición energética; Administración para el siglo XXI; modernización y digitalización del tejido industrial y de la pyme y recuperación del turismo; ciencia y innovación; refuerzo del Sistema Nacional de Salud; educación y formación continua; ‘economía de los cuidados’ y políticas de empleo; cultura y el deporte, y  modernización del sistema fiscal. Las diez políticas palanca se declinan a su vez en 30 líneas de acción.

Respecto al reparto de los fondos entre estas diez líneas, la mayor inversión sería para Educación (18%). Lo destinado estrictamente a la transición energética es, en esta primera aproximación, un 8,9%.

¿Cómo se integran estas apuestas políticas con las de la UE?

El Gobierno explica que su Plan está completamente en línea con las siete ‘iniciativas bandera’ europeas (‘flagship initiatives’), recientemente presentadas por la Comisión. Son el apoyo a la electrificación, la integración de energías renovables y el hidrógeno renovable; la rehabilitación energética de edificios; el despliegue de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos; el aumento de la cobertura 5G; la modernización y digitalización de las Administraciones Públicas; la mejora de la eficiencia energética de los procesadores y el crecimiento del Big Data y de los servicios avanzados en la nube; y la mejora de las cualificaciones profesionales, en particular de las competencias digitales y de la formación profesional.

¿Qué planes concretos se prevén en el ámbito de la energía?

Hay una clara apuesta por la generación renovable, y no solo las opciones ya consolidadas como la eólica y la solar. Se prometen también inversiones en biogás, la eólica marina y la “economía azul”: “se desarrollarán actuaciones en nuevas tecnologías de energías renovables en el ámbito marino, aprovechando las oportunidades de empleo y competitividad ligadas a este sector, así como la puesta en valor de la industria marítima y la geografía española”, dice el plan.

También se concibe el hidrógeno renovable como “una apuesta de país”.

Además, se prevé un subplan específico de desarrollo de energía sostenible en los territorios insulares. Y también hay medidas específicas para la llamada ‘España vacía’, con el impulso a las comunidades energéticas y el “apoyo a la energía sostenible y asequible en municipios de menos de 5.000 habitantes, como palanca de generación de empleo y de atracción de actividad”.

¿Y qué pasa con las infraestructuras eléctricas?

El plan apuesta por las redes inteligentes y por mejorar la flexibilidad del sistema mediante tecnologías de almacenamiento que permitan acelerar la descarbonización.

¿Qué inversiones se prevén para fomentar la movilidad sostenible?

El Gobierno defiende el despliegue masivo de las infraestructuras de recarga como elemento clave para impulsar el vehículo eléctrico, y para reforzar el transporte público también con estas alternativas.

¿Hay medidas de sostenibilidad en la edificación?

El ejecutivo promete desarrollar con los fondos europeos un plan de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana centrado en la eficiencia, que aborde “la mejora de las condiciones de habitabilidad […] incluyendo aplicaciones inteligentes en edificios y despliegue de techos solares”. También se financiará “el alumbrado público inteligente y eficiente, reduciendo costes energéticos y económicos para los ayuntamientos”.

¿Y ahora qué? ¿Cuáles son los siguientes pasos del plan de recuperación?

Entre enero y abril de 2021 el Gobierno debe presentar oficialmente toda la documentación con los proyectos a financiar y los argumentos para acreditar su impacto en la reactivación de la economía. A partir de entonces, la Comisión Europea tiene dos meses para evaluarlo y proponer su aprobación; y después, el Consejo de Ministros, la representación de los 27 países, dispone de un mes para adoptar la decisión por mayoría cualificada.